Un niño que llora, gritos, alguien me llama por mi nombre, frases incoherentes y frases coherentes, todas esas voces se pasean por mi habitación apenas cierro los ojos, sin embargo nadie responde a preguntas, nadie parece responder a nada.
Y si al menos fueran voces nada más, los rostros también se pasean por mi lado, los hay de niños, ancianos, hombres y mujeres, algunos me miran como si se preguntaran que hago yo en el mundo de ellos. ¿Su mundo dije?, ¿el mundo de quien?.